jueves, 29 de septiembre de 2011

Antiguos palomares en El Toboso

En el Catastro de Enseñada de El Toboso de mediados del siglo XVIII se relacionan varios propietarios de palomares -Pedro Medianero, Francisco Ortiz Zarco y Ana María Gómez, con una producción estimada de 50 reales-. Algunos palomares antiguos han perdurado en El Toboso hasta época reciente. En esta fotografía de mediados del siglo pasado aparecen aún dos grandes palomares. El de abajo a la izquierda con un patio interior cuadrangular ha pervivido hasta nuestros días al formar parte de la restaurada de la Casa-Museo de Dulcinea, antigua casa del Doctor Zarco de Morales. En la parte superior derecha de la fotografía aparece otro palomar, en este caso con un  patio excepcionalmente circular, que desapareció en los años setenta del siglo pasado. En la parte interior de los palomares se encontraba esa perfecta cuadrícula -como panales- de adobes en  donde anidaban las palomas, situada desde una altura de un metro -para que no subiesen los roedores- hasta el techo -a unos 7 u 8 metros-. En los patios interiores -ocultos del exterior- se depositaba el agua y la comida para las palomas.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El toboseño Bautista Muñoz y el rey Fernando VII

En El Semanario Pintoresco Español de 1848 (17, 129) en un artículo de J. Jiménez-Serrano titulado "Un paseo a la patria de Don Quijote" aparecen dos anécdotas muy curiosas referidas al toboseño Bautista Muñoz y al rey Fernando VII. La primera nos cuenta  el encuentro de Bautista Muñoz –suponemos que en 1814 cuando regresó el rey Fernando VII, llamado El Deseado”, después de la Guerra de la Independencia, suprimió la Constitución de Cádiz y comenzó a reinar como monarca absoluto- con el rey Fernando VII en la Venta próxima al pueblo –hoy conocida como Venta de Don Quijote-. Transcribo literalmente: “Asímismo es célebre esa venta por haber descansado y hecho parada en ella el rey Fernando VII, al cual se presentó Bautista Muñoz, de aquella villa, labrador, de carácter sencillo, cortado al palo de la misma madera que Sancho Panza y de tan hercúleas fuerzas, que al penetrar en la estancia donde se encontraba el rey Fernando, se arrojó en sus brazos y de tal manera estrechó al monarca entre los suyos, que hubo de decirle éste: ¡Déjame ya hombre, que me estrujas! Déjame y dime que es lo que quieres. –Señor –contestó Bautista- “quiero que V. M. me dé un tambor, para los realistas (Histórico)".
Esta  anécdota hace referencia a que cuando regresó el rey a España en 1814 fue recibido con júbilo por el pueblo, que pareció aceptar gustoso que su rey acabase con la reforma constitucional y los nuevos derechos conseguidos y reinstaurase el rigor absolutista del Antiguo Régimen. Bautista Muñoz le pide al rey un tambor para encabezar los desfiles de los realistas en honor al rey. Los liberales partidarios de la Constitución de Cádiz de 1812 serán detenidos.
El artículo continua con otra anécdota: "En otra ocasión que fue Bautista a ver al rey, con quien decía que tenía vara alta, le interceptó el paso el centinela que guardaba la escalera que conducía a las habitaciones de Fernando VII. Bautista, sin pararse en barras, dio tan fuerte empellón al centinela que éste fue rodando escaleras abajo, deshaciéndose aquél del mismo modo de cuantos le obstruían el paso, hasta que, un jefe, penetró en la estancia del rey y le contó lo que pasaba, a loa que contestó S. M: -Dejarle pasar: ese es Bautista, el de El Toboso. En castigo, mandó el rey a sus palaciegos que con mucho disimulo pusieran un papel en su espalda con un letrero que decía: Soy Bautista el de El Toboso. Madrid entero celebró este rasgo y cada persona que cruzaba al paso de Bautista, ya fuese caballero, señora, chispero o criada de servicio, detenía a nuestro buen hombre, y lo saludaban a cada paso. Y el infeliz Bautista se marchó de la corte diciendo a los de su pueblo: No sabía que tanta gente me conociera en Madrid”.
Esta segunda anécdota alude -suponemos que unos años después, con el rey ya intalado en el Palacio Real como monarca absoluto- tanto a la campechanía del rey como a su mítica doblez, hipocresía y crueldad, aunque en este caso, afortunadmente, no pasa de mofarse de un pobre labriego toboseño.
Podríamos concluir que en estas dos anecdotas se ejemplifica la candidez del pueblo español y la hipocresía de su rey, que acabó con sus derechos, burlándose de su buena fe. Fernando VII ha pasado a la historia por ser un rey despiadado y cruel que no dudó en perseguir a los liberales que habían redactado la primera constitución española y que esperaron ingenuamente que el rey por el que habían luchado respetaría.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Tobosescas tinajas

Recientemente, con motivo de la celebración del 50 Aniversario de los que nacimos en El Toboso en 1961 diseñamos este recuerdo de cerámica, en colaboración con el taller de artesanía de El Toboso Toboshop, que alude al fragmento del capítulo 18 de la 2ª parte de El Quijote, que dice lo siguiente:
 "De lo que sucedió a don Quijote en el castillo o casa del Caballero del Verde Gabán, con otras cosas extravagantes.
Halló don Quijote ser la casa de don Diego de Miranda ancha como de aldea; las armas, empero, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle; la bodega, en el patio; la cueva, en el portal, y muchas tinajas a la redonda, que, por ser del Toboso, le renovaron las memorias de su encantada y transformada Dulcinea; y sospirando, y sin mirar lo que decía, ni delante de quién estaba, dijo:
-¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
Dulces y alegres cuando Dios quería!
¡Oh tobosescas tinajas, que me habéis traído a la memoria la dulce prenda de mi mayor amargura!"
Se trata de una pieza simpática que muestra a una sorprendida Dulcinea al verse asociada a las famosas tinajas de El Toboso. Hemos querido contribuir de esta forma sencilla a recuperar nuestra cultura, nuestras señas de identidad, uniendo los dos referentes más importantes de nuestro pueblo: Dulcinea y las tinajas.



viernes, 9 de septiembre de 2011

El azumbre de El Toboso


El azumbre era una unidad de medida de capacidad de líquidos utilizada durante la Edad Moderna en Castilla y hasta bien entrado el siglo XX. Equivalía a dos litros y se descomponía en cuatro cuartillos. Se utilizaba para medir el vino y la leche principalmente. Excepcionalmente se ha conservado este azumbre que debió ser la medida de referencia utilizada por la villa de El Toboso, como indica la inscripción que aparece en  la parte superior de la fotografía -junto a la boca-. Había un concejal encargado de vigilar los pesos y medidas de la villa para evitar el fraude. Otras medidas de capacidad eran la cántara -8 azumbres- y la tinaja -24 azumbres-. También se han conservado azumbres y cuartillos de particulares, como este, donde en la parte inferior figura el nombre del propietario:

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Evolución demográfica en El Toboso

A veces las fotografías cobran significado por su contexto y resulta inevitable mirar con objetividad -porque lo más facil es inventar realidades paralelas complacientes pero inexactas e ineficaces o hacer brindis al sol-. Cada vez es más habitual la celebración de aniversarios -como este de la foto del 50 aniversario, de los que nacimos en El Toboso en 1961-. En ese año nacimos 75 niños. La falta de perspectivas económicas ha ido provocando una emigración constante -aparte de la evolución general de la tasa de fecundidad-  por lo que en la actualidad no nacen más de 15 niños en el pueblo. Los fallecimientos son de unas 40 personas. Las previsiones demográficas por tanto no son demasiado halagüeñas, de seguir la estructura socioeconómica en la misma situación. Por lo tanto hay celebraciones que a su vez evidencian situaciones que se hacen palpables, si huimos de la inconsciencia, y que ponen de relieve la grave perspectiva demográfica que viven pueblos como El Toboso.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Recuperación de la memoria histórica en Quintanar de la Orden




Recientemente he tenido conocimiento de que en el Cementerio Municipal de Quintanar de la Orden están colocadas varias placas conmemorativas con los nombres de los republicanos fusilados tras la Guerra Civil, cuyos cuerpos estuvieron depositados durante decenios en una fosa común. Aparecen los nombres agrupados por pueblos, y en concreto aparecen los nombres de diez toboseños. No es necesario acudir a los referentes de la historiografía más reciente sobre la Guerra Civil y la posguerra -algunos historiadores hablan de "holocausto", otros de "gulag" para calificar con referentes universales las matanzas entre  españoles-, sencillamente es un acto de civilización póstuma superadora de la barbarie.

La gran torre de El Toboso

 Aunque la torre de la iglesia parroquial de El Toboso ha servido para rehacer una de las frases más comentadas de El Quijote y dotarla de u...