martes, 23 de marzo de 2010

Espigadores en El Toboso

Mujeres de El Toboso segando (1948)
(Foto procedente del libro de Tomás Moreno y Herminia Morales, Los legados de la tierra. El Toboso. Reencuentro con el ayer, 2009)

Es muy conocido el cuadro de Millet titulado Las epigadoras y hace unos años vimos el extraordinario documental de Agnes Varda Los espigadores y la espigadora (2000), que nos trajo a la memoria el viejo oficio de "rebuscar" y en concreto el de espigar, es decir, recoger las espigas abandonadas tras la siega. Hace poco encontré una documentación sobre un suceso acaecido en El Toboso en 1898 a causa precisamente de intentar espigar, que pone en evidencia los riesgos de esta tarea a la que tenían que recurrir las personas más necesitadas para sobrevivir. En el libro de Gutmaro Gómez Bravo La violencia en Castilla La Mancha durante la Restauración (1875-1923), Ediciones Parlamentarias de Castilla La Mancha (p. 141) encontramos lo siguiente: "La sentencia de 13 de septiembre de 1899 de la Audiencia de Toledo, instruida por el Juzgado de Primera Instancia de Quintanar de la Orden, narra los hechos producidos la tarde de 24 de junio de 1898 en que se hallaban espigando en un rastrojo, con autorización de su dueño, los procesados Ciriaca Toledo y su hermano Salvador: entonces este tenía 13 años y no se consideraba edad de discernimiento bastante, cuando se les acercó el otro procesado Cosme Coronado, y sin razón ni pretexto que lo justificase, les ordenó que se marchasen. La Ciriaca se dirigió a él, asegurándole que tenían permiso del dueño para poder espigar aquella finca, pero por lo visto se irritó el guarda que sin mediar palabra “comenzó a golpearla”, en cuyo momento el Salvador, en defensa de su hermana cogió una piedra y se la tiró; Cosme Coronado montó la escopeta y la disparó contra Salvador sin lograr acertarle.
La Audiencia de Toledo le condenó por un delito de disparo de arma de fuego a una pena de 8 meses y 21 días de prisión correccional.
Posteriormente, la defensa interpuso recurso, sosteniendo que el guarda había obrado en el cumplimiento de su deber que era vigilar la finca.
El Tribunal Supremo desestimó el recurso “porque lejos de ajustarse al ejercicio de sus funciones, empleó innecesariamente la fuerza, con notorio abuso de la que necesitaba para ello”.

jueves, 18 de marzo de 2010

El testimonio de Gabriel de Villanueva, vecino de El Toboso, en un proceso inquisitorial contra la memoria de su abuelo

Estampado de un sello de la Inquisición de Cuenca

En 1492, justo el año de la expulsión de los  judíos de España, se inició un proceso inquisitorial (Arichivo Diocesano de Cuenca, Santo Oficio, Leg. 9, nº. 182), contra el converso Pedro Rodríguez de Villanueva, vecino de Quintanar, acusado de haber judaizado. En dicho proceso intervino Gabriel de Villanueva, nieto del acusado, vecino de El Toboso, que negó todos los cargos, con argumentos como los siguientes: "(...) apartándose de compañías judaycas, tratando e conversando con buenos labradores llanos e con cristianos de natura, entendiendo en su labrança e criança, no en usuras, logros ni otros contratos ylícitos e reprovados en que judíos solían e acostumbraban entender (...)". Sigue argumentando que no guardaba el ayuno judío ni se escondía en presencia de la cruz. El proceso duró varios años y finalmente se concluyó que no había suficientes pruebas para hacer condenación de la memoria y la fama del abuelo del toboseño Gabriel de Villanueva. Este proceso se inserta en las investigaciones sobre los antepasados judíos de Fray Luis de León, natural de Belmonte.


viernes, 12 de marzo de 2010

El Toboso y el cine

Tras el peso de la literatura, El Toboso también tiene historia cinematográfica, independientemente de toda la producción realizada en torno al Quijote -para hacerse una idea basta con ver Quijote cabalgando por cine de Javier Rioyo, de 2005.
La primera referncia de la aparición de El Toboso en el cine de la que tenemos noticia es el período de la II República, con el documental La ruta de D. Quijote, realizado por Ramón Biadiu en 1934, siguiendo la ruta marcada por Azorín. En El Toboso se detiene escasos minutos -con imágenes de las eras del pueblo con la torre al fondo, de la Iglesia parroquial, del arco-. El documental sólo dura 18 mm. y recorre Campo de Criptana, lagunas de Ruidera, Sierra Morena... 


Fotograma de La ruta de D. Quijote, Ramón Biadiu, 1934

Como ya no existían tinajeros ni alfareros en El Toboso las secuencias de las tinajas que aparecen en el momento que supuestamente transcurre en El Toboso, evocando el famoso pasaje de las "tobosescas tinajas" fueron rodadas en realidad en las cantarerías de Mota del Cuervo.

En pleno período franquista se rodaron en El Toboso algunas escenas de Don Quijote de la Mancha de Rafael Gil (1947), con Rafael Rivelles y Juan Calvo en los papeles protagonistas.


Fotograma de Don Quijote de la Mancha de Rafael Gil (1947)

A pesar de la férrea censura, algunos cineastas consiguieron hacer un cine diferente, como es el caso de J. A. Bardem. Este director rodó  algunas escenas de La venganza (1958) en El Toboso. Se trata de un denso drama rural donde se plantea el tema latente del dilema entre el ajuste de cuentas o el perdón y la reconciliación tras la cruenta guerra civil -la película estuvo nominada al oscar a la mejor película extranjera.



Fotograma de La venganza, de J. A. Bardem (1958)

En los años posteriores se rodaron algunos documentales, pero la siguiente película de ficción, ya en la etapa democrática, fue Monseñor Quijote, de R. Bennett (1985), basada en la novela homónima de G. Greenne, que contó con la actuación de Alec Guinness. Se cuenta la historia de un Quijote y un Sancho tranformados en cura y alcalde comunista del siglo XX.


En la película de 2004 El chocolate del loro (Ernesto Martín) se hace una alusión a El Toboso. Uno de los personajes de esta comedia costumbrista ha perdido a sus padres -según se cuenta al final de la película- en un terrible accidennte de carretera en una circunvalación de El Toboso. En realidad quizá haga alusión al terrible accidente de carretera que hubo en la circunvalación de Quintanar de la Orden en 1981 en el que murieron 26 personas cuando regresaban de la fiesta del PCE.
El año 2005 Javier Rioyo dirigió un documental titulado Don Quijote cabalgando por el cine, e incluye unas imágenes de una película que no he identificado, donde aparece la escultura de D. Quijote y Dulcinea animados.

 
Fotograma del doc. de Javier Rioyo Don Quijote cabalgando por el cine

Tambíen en 2005, dos jóvenes ralizadores ( Kike Narcea, Quique Corrales) realizaron el corto documental Buscando Barataria, un recorrido en vespa por La Mancha, de tono desenfadado, intentando romper con los tópicos centenarios al uso, buscando voces nuevas.


Fotograma de Buscando Barataria, con la entrevista a dos jóvenes toboseños, Segio y Marcos

El 2007, la producción de animación Donkey-Xote (J. Pozo, 2007) recoge imágenes digitalizadas de El Toboso.
En 2009 se rodó en El Toboso el corto El caballero irreal de Miguel Bañez, en el que participaron varios reconocidos actores del pueblo.

sábado, 6 de marzo de 2010

El Toboso y las tinajas


La fama de El Toboso  no se debió a grandes gestas, sino principalmente a sus tinajas, y, como es de todos sabido a su Dulcinea. En realidad, la fama de las tinajas y el personaje literario van a ir unidos.

Los documentos más antiguos que hacen referencia a la producción de tinajas son del siglo XV, en una referencia de un proceso inquisitorial y en una reclamación judicial. Después, en 1536, en una escritura de partición de bienes se dice: “… yten dos tinajas toboseñas e otras dos toledanas” . Las primeras noticias fidedignas de las tinajas producidas en El Toboso pertenecen a la Relaciones de Felipe II de 1575: “Lo que en dicho pueblo se ha labrado mejor que en otro lugar de España son tinajas para tener vino y aceite y lo que más quisieran echar en ellas, y de hacer hay en dicho pueblo mucha pericia y sciencia, este trato va ya cesando por la falta de leña para las cocer”.


Ilustración del pasaje de las tinajas en El Quijote
de la edición de Ibarra de 1782

En un inventario de 1604 queda constancia de que se hacían tinajas de 16, 25, 30, 70 y 80 arrobas. También se hacían piezas menores conocidas como “tinillos” que se utilizaban como orzas de matanza.

Pero será Cervantes quien recoja en El Quijote la fama de estas tinajas para ilustrar el poder de evocación que ejercen sobre el protagonista de su novela: “Halló Don Quijote muchas tinajas a la redonda, que por ser del Toboso se renovaron las memorias de su encantada y transformada Dulcinea”. Por lo tanto las tinajas y Dulcinea de El Toboso quedan indisolublemente unidas para siempre.

En el siglo XVIII, después de ver reducida su población a la mitad a lo largo del siglo XVII, a través del Catastro de Ensenada de 1752, sabemos que en el pueblo hay cinco tinajeros y varios hornos de cocer tinajas.

De 1865 disponemos de dos dibujos de Carlos de Haes sobre los hornos de las tinajas. El paraje donde se situaban los hornos era conocido como “El Obrador”, a la salida del pueblo en dirección Miguel Esteban.


A finales del siglo XIX hay noticias de dos tinajeros: Vicente Gómez Barrajón y Valeriano León Martínez. Debieron hacerse tinajas más grandes para la creciente producción de vino.

En 1911 cuando Pío Baroja publicó El Arbol de la ciencia, aparece una referencia a la fama perdurable de estas tinajas: “Se explicaba que la fantasía de la gente hubiese transformado en duendes aquellas ánforas vinarias, de las cuales, las ventrudas y abultadas tinajas toboseñas, parecían enanos; y las altas y airosas fabricadas en Colmenar tenían aire de gigantes”. Efectivamente, las tinajas de El Toboso se caracterizaron desde el siglo XVI por ser de tamaño medio y forma abultada.

Fotograma de La ruta del Quijote de Ramón Biadiú (1934)

Todo parece indicar que el pueblo perdió su larga tradición tinajera desde comienzos del siglo XX. Cuando en 1934 Ramón Biadiu rodó parte del documental La ruta del Quijote en El Toboso, para evocar el famoso pasaje de "las tobosescas tinajas" tuvo que rodar en las cantarerías de Mota del Cuervo las secuencias que supuestamente transcurren en El Toboso.  Cuando hace posar a una muchacha delante de una tinaja no acierta en el modelo de tinaja –que no es la típica toboseña que sí supo representar Ibarra en su ilustración de 1782.
Entre las numerosas ilustraciones de los capítulos 8 y 9 de la II parte de El Quijote quizá una de las más acertadas es la de Montaner de 1880-1883 -ilustrador Ricardo Balaca-, porque al presentar el pueblo que descubren Don Quijote y Sancho, aparece como detalle de verosimitud, en un lugar destacado, una tinaja, símbolo universal del pueblo. Llama la atención, sin embargo, que no se haya pensado nunca en hacer un museo sobre las ilustres tinajas de El Toboso -desperdigadas, abandonadas, olvidadas-, a pesar de ser inmortalizadas a través de El Quijote y una de las pocas "industrias" que ha tenido el pueblo a lo largo de su historia.
Ilustración de la edición del Quijote de 1880 de Montaner

Gómez Gallego, Luis, Las tinajas en la historia de El Toboso, Albacete, 2012

http://www.scribd.com/doc/27916253/El-Toboso-y-Las-Tinajas

La gran torre de El Toboso

 Aunque la torre de la iglesia parroquial de El Toboso ha servido para rehacer una de las frases más comentadas de El Quijote y dotarla de u...